martes, 23 de junio de 2020

El lobo estepario de Peñíscola


  Hoy os voy a contar la historia que me unió a una persona que marcó el comienzo de mi librería con una impronta especial, que  me abrió el camino a las lecturas de Hermann Hesse y con el que pude compartir algunos momentos de sus últimos años. 

Para los que lo conocisteis mejor que yo, sabréis que era un filósofo. Poco sé yo de su vida, pero lo poco que me contó me llegó al corazón y me permitió considerarlo un amigo. 

Fue en el primer año de la Templanza que apareció por el lugar, un hombre oscuro, pero con mucha  luz, muy misterioso y con la voz cascada, no diré yo de qué. 

Xavi, como se presentó, fue de las primeras personas en apuntarse al grupo de lecturas que hacíamos. Un grupo en el que venías a descubrir un libro, explicado en parte por la persona que lo había elegido, en parte por la lectura en voz alta que hacíamos de algunos fragmentos escogidos. 



Al comienzo hacíamos una lectura breve de la biografía del autor, para situarnos en el contexto histórico en el que estaba escrita la obra. Al finalizar las lecturas comentábamos con un té o un café, lo que nos había parecido, lo que no sugería, y todo tipo de anécdotas.

Una de las lecturas que más nos gustó a los que veníamos a este grupo, es la de el Lobo estepario.

Según Xavi, era su libro favorito y lo demostró con creces. La lectura del primer capítulo de esta espectacular novela, tuvo por narrador la voz cascada de Xavi. A su pasión al leer se le sumaba el tomar aire del lector, que en Xavi era algo que llamaba la atención.

Según nos contó más tarde este libro lo acompañó en el servicio militar, en el que era un rebelde pues a Xavi nunca le gustó la autoridad y por ello pasó con Hermann unas cuantas semanas de calabozo.

Os dejo aquí el enlace al primer capitulo del Lobo estepario narrado. No es la narración de Xavi, ni se le acerca, pero seguro que os animará a leer el libro, si no lo habéis hecho ya.



Xavi era un estudioso de temas arcanos y de esoterismo, me compraba todo lo que entraba en la libraría. 

Siempre hablábamos de muchas teorías, de teología, del tarot. Supongo que el nombre de La Templanza fue uno de los factores que nos permitió conocernos. 

Él coleccionaba cartas del tarot, en realidad coleccionaba muchas cosas relacionadas con la espiritualidad y la magia. 

Un día me trajo unos carteles que había diseñado el mismo para la Templanza, iniciativa propia y ganas de que nos conociera mucha más gente. 

Le perdí la pista antes de que nos trasladáramos al local de la calle Solet. 

Y pasó un tiempo hasta que volví a verlo.

Me lo encontré un día en el puerto de Peñíscola, con sus gafas de sol, muy deteriorado. Estaba enfermo hacía tiempo, nunca hablamos de qué, vivimos el presente que se nos dio juntos.

Le invité a visitar el nuevo local, pero me dijo que en su estado no quería juntarse con nadie, prefería la soledad y las puestas de sol. Eran sus últimos años y quería encontrarse consigo mismo.

Subió a la librería poco antes de marcharse, me dio mucha alegría verlo y le encantó el nuevo local. Le apasionaban los libros.

Xavi falleció el 3 de febrero de 2016. Me enteré por su hermana, para mi fue un honor conocerlo.


En su tumba dejé su ultimo libro, su libro favorito, portada un poco rota como roída por el tiempo y el uso, páginas amarillas, leído y releído. Un libro como él mismo, con esta dedicatoria.

"Siempre serás nuestro lobo estepario"


1 comentario:

  1. Muchas veces querido Víctor, nuestra vida se rellena y enriquece con préstamos de las de los demás, y cuando llega nuestro ocaso, por alguna misteriosa razón, este tipo de vivencias se tornan especialmente valiosas porque ya forman parte de nosotros,y no sabríamos contar nuestra vida sin referencias a "esta" o "aquella" persona. Éste es uno de esos casos.

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