En un viaje inesperado a Peñíscola, nos alojamos casualmente muy cerquita de La Templanza. Descubrir este local y sus gentes ha sido lo mejor del viaje. El concierto fue espectacular y la simpatía y generosidad de Víctor no deja a nadie indiferente. Sin duda, volveremos.
En un viaje inesperado a Peñíscola, nos alojamos casualmente muy cerquita de La Templanza. Descubrir este local y sus gentes ha sido lo mejor del viaje. El concierto fue espectacular y la simpatía y generosidad de Víctor no deja a nadie indiferente. Sin duda, volveremos.
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